MISIÓN
Somos una institución católica, inspirada en el Evangelio y en los principios de la Congregación de Misioneros de San José. Ofrecemos una educación integral, fundamentada en el paradigma humanista, mediante programas de formación académica, espiritual y en valores, que procura el desarrollo de los estudiantes como personas íntegras, ciudadanos responsables, cristianos convencidos y auténticos, que contribuyan al desarrollo de una sociedad más justa y humana.
VISIÓN
Ser una institución reconocida por su excelencia educativa, preocupada por el fortalecimiento de la familia, la identidad de los jóvenes y la calidad profesional de los educadores; de manera que la Comunidad Educativa esté integrada por personas animadas por el Evangelio, que afronten creativa y dinámicamente los desafíos del cambio, conforme al carisma josefino.
HISTORIA
En 1980 llegaron por primera vez a Costa Rica los Misioneros Josefinos. Su presencia en el país se puede dividir en dos etapas netamente claras: la primer, distinguida por la pastoral vocacional y la formación de futuros misioneros; la segunda, antecedida por el traslado y suspensión en el país de la primera, gestándose la posibilidad de fundar un centro educativo. En 1994 se realizan los primeros trámites para la apertura de esta institución, la cual fue inaugurada oficialmente el 27 de febrero de 1995.
Su fundación obedece a dos intereses básicos. Por una parte, el cantón de San Isidro requería de un centro educativo que ofreciera, además de calidad académica, formación espiritual y valores humanos; y, por otra parte, existía la necesidad de difusión de una Espiritualidad Josefina a la comunidad herediana.
La congregación, siendo consecuente con su carisma, viendo las condiciones propicias para la fundación de un colegio, tiene en cuenta la opinión de la comunidad, de poder atender a los jóvenes con una educación espiritual y moral. Es por eso que se toma la decisión de iniciar con secundaria, por el hecho de que es en la edad adolescente donde se generan las mayores posibilidades de moldear conductas positivas o negativas. Por otra parte, el colegio ha tenido la finalidad de convertirse en un aliado de los padres de familia en la formación de los jóvenes.
En el primer año de labores el Colegio contaba con una población realmente pequeña: un grupo de sétimo nivel con 27 estudiantes y un profesor por cada materia, además de un personal administrativo muy reducido. A partir de 1996 ingresa un nuevo grupo cada año, consolidando y fortaleciendo la institución y lográndose, hasta el momento, diez generaciones de egresados, que se han caracterizado por los altos niveles académicos, conciencia espiritual y buena experiencia humana.
Desde su fundación el Colegio Vilaseca se ha caracterizado por trabajar con grupos pequeños, lo cual permite a los profesores mantener un buen control de la atención, la disciplina y la participación de todos los estudiantes. Esto permite también ofrecerles una atención más personalizada, pues por medio de un trato más humano, más cercano, se les escucha y se atienden sus dudas e inquietudes.
PADRE
VILASECA
El Siervo de Dios José María Vilaseca nació el 19 de enero de 1831 en Igualada, España y su nombre de pila fue José Jaime Sebastián Vilaseca Aguilera. Desde joven sintió inquietudes vocacionales, por lo que ingresó en la Congregación de la Misión, con la cual viaja a México en 1853.
Estando en México, el P. Vilaseca comienza a sentir la necesidad de dar instrucción religiosa al pueblo, sobre todo por el ambiente anticlerical que se vivía en esa época.
Con la venia de sus superiores y guiado por su gran amor a San José, el P. Vilaseca decide fundar la Congregación de Misioneros Josefinos, en 1872. Ese mismo año fundó el Colegio Clerical y la revista “El Propagador de la devoción al Señor San José”.
José María Vilaseca dedicó gran parte de su vida a las misiones entre los indígenas tarahumaras, yaquis, huicholes y lacandones. Además fundó colegios y escuelas para la instrucción de la niñez y la juventud.
Murió santamente el 3 de abril de 1910 en el Hospital Escandón de la ciudad de México. Culminó su misión diciendo: "Jesús, María y José, vámonos". Sus restos descansan en el templo de la Sagrada Familia que él mandó construir en 1899.
NUESTRA FILOSOFÍA
Los Misioneros Josefinos son “hombres llamados por Dios a para ser imagen viva de Jesús; consagrados al servicio de la Iglesia y el mundo, sobre todo de los jóvenes y de los indígenas; su vida y apostolado se inspiran en la Familia de Nazareth”.
Así, el misionero josefino, a imitación de su fundador José María Vilaseca, apóstol de San José, se dedica a la evangelización, en tres áreas de acción principales: las misiones, la educación y las parroquias.
En el ámbito misionero, los Josefinos se consagran preferentemente a los pobres e indígenas. Actualmente tienen centros de misión en la Sierra Huasteca y la Sierra Mazateca, ambas en México, así como también en Nicaragua y Angola.
En el campo de la educación su labor ha sido prolífera. La Congregación cuenta con centros educativos de preescolar, primaria y secundaria en varios países, además de una Universidad en San Luis Potosí, México. La formación en todas estas instituciones se fundamenta en el principio de formar “excelentes ciudadanos y buenos cristianos”.
Hoy en día se cuenta con presencia josefina en México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Venezuela, Estados Unidos, Chile, España, Italia, Angola y Perú.
FAMILIA
JOSEFINA
El estilo de vida de los misioneros josefinos se enmarca en los lineamientos promulgados por la Congregación de Misioneros Josefinos, con el fin de constituir comunidades donde se experimente los rasgos de una familia. Se trata de cultivar aquellos valores evangélicos, y humanos en los miembros que integran una comunidad: fraternidad, convivencia pacífica, el trabajo, la vida espiritual, la solidaridad, acompañadas de las virtudes propias como la sencillez, la humildad y celo por el trabajo de salvar almas.
La comunidad educativa josefina está conformada por personal, padres de familia y estudiantes, los cuales se ven animados por la espiritualidad propia de la familia josefina, desempeñando las labores propias de la educación con un sentido de servicio cristiano.
SAN JOSÉ
Son realmente pocas las referencias bíblicas que se tienen sobre San José y sin embargo la Iglesia lo cataloga como el mayor de los santos.
Podemos conocer a San José, a través de los relatos de la Sagrada Escritura; así sabemos que fue un varón justo de la estirpe de David, esposo de María y padre adoptivo de Jesús. Aunque el evangelio no afirma nada de su nacimiento y muerte, se cree que nació en Belén y que murió en Nazareth, antes de que Jesús iniciara su vida pública, acompañado de éste y de María, lo cual hace pensar que tuvo una muerte muy dichosa.
Por todas sus virtudes y por la manera especial de colaborar con el misterio de la salvación, San José fue proclamado Patrono de la Iglesia Universal, en 1870. Motivado por este hecho, el Padre Vilaseca funda la revista “El Propagador de la devoción al Señor San José” (que aún circula) y luego lo declara como Patrono de sus institutos, indicando que San José es el verdadero fundador.